La procrastinación se ha manifestado desde tiempos
antiguos, siempre se ha calificado como una conducta que perjudica no solo al
sujeto que la sufre, asimismo afecta de manera directa o indirecta a terceros.
El coach de GTD y escritor Jerónimo
Sánchez expone:
"Hace tiempo sólo existían dos canales de televisión; hoy día hay
decenas, o incluso cientos, tiempo atrás sólo se podía ver la televisión o
escuchar la radio sin salir de casa; ahora pasamos gran parte del tiempo sobre
el teclado de un ordenador, que generalmente está conectado a Internet sin
descanso. ¡Imagínate! Twitter, Facebook, YouTube,
el correo electrónico, los blogs.
La procrastinación inducida por las Redes Sociales (Ñam ñam) |
Todos están compitiendo constantemente por
nuestra atención. Y la situación se hace todavía mucho peor si tenemos
programas funcionando en segundo plano que nos avisan en tiempo real por cada
nuevo mensaje recibido. En verdad, no es que ahora haya más
procrastinadores, sino que se ha hecho más evidente la importancia que
tiene, a la hora de trabajar, el ser capaces de mantenernos enfocados en lo que
debemos trabajar". (Sánchez. 2012:23)
Sánchez expone de manera directa la
realidad en la cual solo han cambiado las formas de procrastinar, es evidente
la invasión tecnológica en el planeta entero; tecnología que fomenta conductas
procrastinativas, un complejo fenómeno palpable en la cotidianidad. La
cantidad de información y servicios que ofrece Internet es inmensa y por
ello hay que ser conscientes e inteligentes en la forma de utilizar la
tecnología, herramientas que facilitan la vida pero que rompen barreras de
tiempo y succionan poco a poco la vida. Cuando te des cuenta habrán pasado los
años y tú estarás aún sentado frente al monitor.
Bibliografía: